Qué debe saber sobre la emisión de un poder notarial

En la práctica legal actual, el poder notarial es una herramienta esencial para gestionar asuntos personales, patrimoniales y empresariales cuando el otorgante no puede o no desea actuar por sí mismo. Es habitual en casos de distancia, enfermedad, agendas saturadas, desconocimiento del procedimiento, o necesidad de delegar trámites a terceros.

El proceso exige extremo cuidado: El poder debe ser siempre escrito y, para transacciones internacionales o inmobiliarias, lo ideal es que esté notariado. Son esenciales la correcta identificación de ambas partes, el alcance y duración del mandato, y si permite delegación. La ausencia de fecha lo invalida. Si no se indica plazo, la validez suele ser anual (según la jurisdicción), aunque algunos países permiten periodos mayores.

Cuidado con el alcance del poder: uno genérico o demasiado amplio puede exponerle a riesgos imprevistos. Cuando el apoderado es poco conocido o el encargo es complejo, un mandato adicional detallando tareas, pagos y responsabilidades le da mayor seguridad. Los poderes otorgados en Alemania deben ser certificados por notario alemán o consulado; en países de la CEI puede ser necesario legalizarlo o apostillarlo.

La revocación es derecho del otorgante y puede hacerse en cualquier momento sin explicar motivos, pero debe notificarse formalmente a todos los interesados. De lo contrario, los actos realizados por el apoderado inconsciente de la revocación pueden seguir teniendo efecto. Tras la revocación, el original debe devolverse.

Como apoderado, actúe de buena fe y nunca exceda el mandato concedido. No use poderes vencidos ni acepte encargos dudosos. Para ambas partes, la claridad documental, las comunicaciones oportunas y una relación de confianza son la mejor protección. Los poderes correctamente emitidos y notariados garantizan el respeto de sus intereses donde sea que se gestionen.